lunes, enero 13, 2014

Contacto mal etiquetado

Ayer tuve que llamar por teléfono a mi compañera de piso y resultó que el número lo tenía mal anotado. Lo curioso fue que quien me contestó se llamaba igual que ella. Yo no reconocí a quién me estaba contestando y me dio mucho corte continuar, ya que a veces suelo borrar números de mi agenda y eso puede causar situaciones incómodas.

Hoy luego de intentar recordar de quién se trataba, no me resistí e inicie una conversa con ella por whatsapp, llevaba una bonita foto del mar en su perfil, lo que hacía más difícil saber de quién se trataba:

YO: Hola, ayer te confundí con mi compi de piso que se llama como tú, por lo que veo. 
ELLA: Ya. 

Por la frialdad de la respuesta, supuse que era alguien que me conocía... pero no estaba seguro!

YO: Pero si yo tengo tu número en mi móvil, es que te conozco ¿no? 
ELLA: Jajaja, ¿no me digas? ¿Y sabes quién soy? 

Mi alarma de ironía me decía que esta persona sí sabía quién era yo.

YO: Sinceramente no sé quién eres, la foto que llevas en tu perfil no me ayuda. 
ELLA: Pues entonces no me conoces 
YO: ¿Tú tampoco no? 
ELLA: ¿Cómo te llamas?
YO: Martín
ELLA: Pues no sé 

Llegado a este punto, claramente tenía dos opciones.

YO: ¿Prefieres olvidarlo o seguimos averiguando? 
ELLA: jaja, me resulta gracioso.. 
YO: ¿El qué te resulta gracioso? ¿esta situación? 
ELLA: Que yo no tengo tu teléfono. Eso quiere decir que no debes ser muy importante en mi vida. 

Mi alarma de ironía volvió a saltar.  Además de que... ouch! eso último dolió un poco.

YO: Debe ser. Me da mucho palo preguntar, pero en fin. Yo vivo en Palma de Mallorca, ¿tu también? 
ELLA: Sí. Déjalo es igual 
YO: ¿Séguro? 
ELLA: Sí 
YO: Com tu vulguis. Borraré el número y no te molesto más. Buenas noches. 
ELLA: Un beso 

Ese beso final me recordó al Padrino II. Fin de la historia ¿o no?