jueves, septiembre 08, 2011

La ex compañera de apartamento

Miguel sostenía la taza de café mientras le hablaba a su compañera:

-¿Y qué te dije?
-Es que ¿no te acuerdas Miguel? no me lo puedo creer.
-Recuerdo momentos, pero no detalles.
-jajaja.. fue muy gracioso
-Vamos Kitty, cuenta.
-Dijiste: solo quiero encontrar una chica que me quiera. Y luego te caiste de la cama.
-No vuelvo a beber slivovitz contigo... ni con nadie, ¡es una bebida demoniaca!
-¿Sabes? En Chequia, mis padres siempre hacen pasar la prueba del slivovitz con mis novios.
-Ya veo, ¿y alguno la ha pasado con éxito?
-mmmm... la verdad no. Nadie la ha pasado con éxito.
-Pues entonces, no me debo sentir muy mal.
-jajaja.. es cierto, pero fue my cómico.
-Si claro. Cómico fue decubrir mi camiseta rota.
-Bueno.. es que.. no sé, me provocó rompértela.
-Agradece que no era una camiseta nueva.
-jajaja... bueno, es lo que tiene pasar la noche con una checa,
-Ya veo.. iré con cuidado

Dos semanas después, Kitty se mudó de apartamento y las aventuras con Miguel terminaron. Algunas veces más ella y él se citaron para comer o tomar una copa. Nunca más se acostaron y trataron de no conversar acerca de las dos semanas antes de que ella se mudara de piso. De las dos semanas en que rompieron el tácito acuerdo en el que las relaciones íntimas entre compañeros de apartamento está prohibida. Regla que rompieron gracias a que Kitty se pensaba mudar y que aún le quedaban reservas de slivovitz en casa.

sábado, abril 02, 2011

Me perdí al encontrarme

No había una luz, no había un túnel... sólo había oscuridad y dolor. Poco a poco, estas imágenes fueron llegando  a su mente...

Hacía tres años:

-Y entonces para qué vas a Europa? preguntó Marco.
-Estuve buscando esa oportunidad tanto tiempo, que creo es un poco de inercia, y...es algo que no se puede desaprovechar.
-Sabes que Connie no estará ahí.
-Lo sé. El plan original era ir con ella, pero ¿qué voy a hacer? ¿quedarme aquí lamentándolo toda mi vida?
-Te deseo mucha suerte Miguel.
-Gracias brother.

...El vaso vacío estaba en la mesa de noche. Afuera la gente seguía viviendo sus vidas. En la habitación Miguel yacía en su cama.

Hacía un año:

-No sé que buscas, no sé que pasa en tu cabeza, pero debes solucionarlo tú solo- dijo ella
-Lo sé, no es algo de ahora. Lo llevo desde hace algún tiempo. Europa no lo ha solucionado.
-Lo siento Miguel, te quiero mucho pero ahora me das un poco de lástima.
-Esas palabras son lo último que quería oír.. es algo que no necesito.
-Está claro que a mi tampoco -dijo ella- Adiós Miguel.

...Eran como escenas de película: Fátima, Connie, su últimos años en Europa. Para Miguel cada cosa era como si hubiera sido vivida ahora mismo.

Hacia unas días:

- Grace, ¿Y no te has preguntado qué es lo que buscas?- preguntó Miguel
-No sé tío. Así soy yo.
-Me recuerdas tanto a mí (cuando soy realmente yo)- pensó él.
-¿Qué buscas en en tu móvil? -preguntó Grace
-Un número que no debo marcar.
-Que tontería ¿entonces por qué lo tienes?- preguntó élla.
-Para reconocerla si es que me llama alguna vez - respondió él.
-¡Ay Miguel! a veces me pones de mala hostia!

Hacía unas horas:

Miguel regresaba del club. La gente de siempre, el mundo de apariencias que lo agobiaba, el mismo tipo de mujer que interpreta el papel chica sexy para provocar, la otra chica que aparenta tener gustos exclusivos. La soledad de siempre. Fue al baño tomo las pastillas y se preparó un vaso de tequila...

...La combinación no fue mortal. Los sedantes y el alcohol casi lo alejan de este mundo. Miguel: ¿Cuántas paradas hay que hacer para regresar a ti?.

lunes, febrero 21, 2011

Rehaciendo pasos: Madrid

plaza castilla
Hoy camino por estas calles conocidas, por estas avenidas con rostros familiares: Plaza España, Gran Vía, Callao, Sol. El frío se filtra por entre mis ropas y trae a mi mente recuerdos no tan lejanos. Madrid tiene un significado y un aroma que el tiempo -desgraciadamente- se encargará de desvanecer. Es de los lugares que me recuerdan a tí y a las noches regresando a casa luego de unas tapas. Soy yo yendo a entrevistas de trabajo. Madrid también es un canción de Cristina Rosenvinge que no faltaba en mi Ipod. Pero principalmente Madrid eras tú. Hoy me pareció verte en el metro, pero me equivoqué; tú ya no vives aquí. Hoy me parecio verme a mi mismo, caminando hacia la Complutense, pero también me equivoqué; eso fue hace unos años, cuando soñaba con que Madrid fuera mi destino y algo más. Hoy me apetece escribir todo esto, y no hay nada que lo impida.

martes, octubre 12, 2010

Amor embotellado

Era un aroma dulce y conocido. Miguel se sorprendió de cómo un perfume podía hacerlo viajar al pasado y perderlo en los recuerdos. Hasta ese momento nunca se había preguntado si el origen de ese aroma era un shampoo, un gel de baño o una colonia. Eso ya no importaba, ahora lo había vuelto a sentir, tan familiar como siempre, tan cercano, tan suyo. Tuvo que resistirse a cerrar los ojos y dejarse llevar en él.

-Ese perfume que usas ¿es francés no es así? - preguntó Miguel.
-Sí, se llama "Amor Amor"- contestó ella.
-Vaya, cuántos recuerdos- dijo Miguel, desviando la mirada de sus pechos.

Ella lo miró extrañamente, y siguió escribiendo en el papel.

-Ya está, es mi número para cualquier emergencia.
-Gracias Wendy -contestó Miguel.
-De nada, y bienvenido al piso- dijo la austriaca.

Miguel entró a su nueva habitación, cogió la guitarra y se tumbó en la cama mirando el techo. Se trataba del mismo perfume que usaba Connie.

miércoles, agosto 25, 2010

Noche de bares

Miguel bajo del taxi. Mientras ella le besaba el cuello, él intentó buscar las llaves del piso. No pudo encontrarlas.

-Tenemos un problema, le dijo.
-¿Qué pasa? le dijo ella mirándole a los ojos
-Tenemos que despertar a mi compañera de piso. He olvidado mis llaves.

Miguel tocó con fuerza el timbre, arriba en el quinto piso, una austriaca dormía plácidamente.

Todos los eventos se habían sucedido de forma inesperada. Como todo los viernes, él había llegado del trabajo pensando ver alguna película en el ordenador. Peter y Pavel, sus otros compañeros de piso, después de varias cervezas, lo animaron a salir. La zona de los clubes, en Londres, no era su preferida: siempre bulliciosos y con gente posh tratando de llamar la atención. Cinco cervezas más y con una que otra sustancia adicional en su organismo, Peter, Pavel y Miguel iban montados en un taxi rumbo a la zona de clubes. Los tres entraron a 'Moving', uno de los tantos clubes del lugar. Peter se acercó a la barra y pidió scotch para los tres. Minutos más tarde estaban bailando con un grupo de chicas.

-"What the fuck!!do you know what time it is?"- dijo Wendy, la compañera de piso de Miguel, visíblemente enfadada por haber sido despertada a las 4:00 am. Abrió la puerta y Miguel entró dirigiéndose al ascensor. La chica lo acompañó. Mientras subían, ambos se exploraba con las manos debajo de las ropas.

En el club el tiempo había corrido mas deprisa que lo normal. En un instante él bailaba entre las chicas quienes sonreían con complicidad y brillo ausente en los ojos. La chicas lo dejaron con una de ellas. Miguel tomó la iniciativa y la besó, ella le correspondió mordisqueándole el labio inferior. Él le preguntó si le apetecía acompañarlo a casa. Ella aceptó.

Los dos entraron al piso besándose y tropezando con los muebles en la oscuridad. Miguel la guió de memoria hacia su habitación. Su estado de embriaguez lo hacía sentirse como una película a cámara lenta. Su habitación desordenada, se le hacía luminosa y grande. Los dos cuerpos fueron descubriendo su desnudez hasta terminar fusionados en uno solo, fuera de toda inhibición y complejo.

Al día siguiente ella se despertó y le preguntó la hora. Son las 9:20 respondió Miguel, luego de examinar su móvil. Ella se vistió, y él pudo verla a contraluz. Piel blanca como la luna, una cintura estrecha y trasero ancho.

-Ha sido un placer Myhell- le dijo con un beso en la boca.
¿Por qué ninguna británica puede pronunciar MI-GUEL? se preguntó.. todas lo llamaban My-Hell que sonaba a 'Mi infierno'. ¿Acaso en eso se había convertido?
-Good bye sweety- respondió él, Tratando de recordar el nombre de ella. No pudo.

Miguel se quedó mirando el techo mientras oía que se marchaba. Se preguntó si ella se habría dado cuenta de que había olvidado su nombre, ¿se lo había preguntado?, creo que ni había sido necesario. Más tarde, al levantarse, descubrió sobre la mesa encontró una nota con un número de teléfono y una letra: V.