miércoles, agosto 25, 2010

Noche de bares

Miguel bajo del taxi. Mientras ella le besaba el cuello, él intentó buscar las llaves del piso. No pudo encontrarlas.

-Tenemos un problema, le dijo.
-¿Qué pasa? le dijo ella mirándole a los ojos
-Tenemos que despertar a mi compañera de piso. He olvidado mis llaves.

Miguel tocó con fuerza el timbre, arriba en el quinto piso, una austriaca dormía plácidamente.

Todos los eventos se habían sucedido de forma inesperada. Como todo los viernes, él había llegado del trabajo pensando ver alguna película en el ordenador. Peter y Pavel, sus otros compañeros de piso, después de varias cervezas, lo animaron a salir. La zona de los clubes, en Londres, no era su preferida: siempre bulliciosos y con gente posh tratando de llamar la atención. Cinco cervezas más y con una que otra sustancia adicional en su organismo, Peter, Pavel y Miguel iban montados en un taxi rumbo a la zona de clubes. Los tres entraron a 'Moving', uno de los tantos clubes del lugar. Peter se acercó a la barra y pidió scotch para los tres. Minutos más tarde estaban bailando con un grupo de chicas.

-"What the fuck!!do you know what time it is?"- dijo Wendy, la compañera de piso de Miguel, visíblemente enfadada por haber sido despertada a las 4:00 am. Abrió la puerta y Miguel entró dirigiéndose al ascensor. La chica lo acompañó. Mientras subían, ambos se exploraba con las manos debajo de las ropas.

En el club el tiempo había corrido mas deprisa que lo normal. En un instante él bailaba entre las chicas quienes sonreían con complicidad y brillo ausente en los ojos. La chicas lo dejaron con una de ellas. Miguel tomó la iniciativa y la besó, ella le correspondió mordisqueándole el labio inferior. Él le preguntó si le apetecía acompañarlo a casa. Ella aceptó.

Los dos entraron al piso besándose y tropezando con los muebles en la oscuridad. Miguel la guió de memoria hacia su habitación. Su estado de embriaguez lo hacía sentirse como una película a cámara lenta. Su habitación desordenada, se le hacía luminosa y grande. Los dos cuerpos fueron descubriendo su desnudez hasta terminar fusionados en uno solo, fuera de toda inhibición y complejo.

Al día siguiente ella se despertó y le preguntó la hora. Son las 9:20 respondió Miguel, luego de examinar su móvil. Ella se vistió, y él pudo verla a contraluz. Piel blanca como la luna, una cintura estrecha y trasero ancho.

-Ha sido un placer Myhell- le dijo con un beso en la boca.
¿Por qué ninguna británica puede pronunciar MI-GUEL? se preguntó.. todas lo llamaban My-Hell que sonaba a 'Mi infierno'. ¿Acaso en eso se había convertido?
-Good bye sweety- respondió él, Tratando de recordar el nombre de ella. No pudo.

Miguel se quedó mirando el techo mientras oía que se marchaba. Se preguntó si ella se habría dado cuenta de que había olvidado su nombre, ¿se lo había preguntado?, creo que ni había sido necesario. Más tarde, al levantarse, descubrió sobre la mesa encontró una nota con un número de teléfono y una letra: V.

1 comentario:

Franco Pescorán G. dijo...

Y Miguel, paso los días "V"ebiendo de ella...jaja, you know!