domingo, septiembre 30, 2007

La habitación de Miguel

"Dicen que si las habitaciones hablaran nos contarían muchas cosas. Pero, ahora que te veo el rostro de nuevo y este ajeno color, me pregunto: ¿Qué contarías tú?

Quizás puedas contar de cuando dormí por primera vez aquí a los quince años. De cómo me acostumbré a tenerte para mí después de haber compartido una habitación con mis hermanas y mi madre. Contarías las veces que me alejé del mundo oyendo música y queriendo ser como esos personajes que tenía pegados en tus paredes. De mis primeras conversaciones telefónicas adolescentes y de mis primeras desilusiones.

Podrías contar de mi etapa en el instituto, cuando aprendí, aparte de lo académico, lo que era ganar, perder, amar y traicionar.

O de la noche que me sentí morir, cuando Fátima empezó una nueva relación con ese sujeto de la empresa. También de mis siguiente noches destructivas. De mis madrugadas disipadas y de mi felicidad artificial. O de cuando conocí a Camila.

También podrías contar de cuando me deshice de esos recuerdos que sólo ocupaban espacio y no me dejaban verte tal cual. De cuando cerré tus puertas de forma definitiva, para emigrar a otras tierras.

Ahora he regresado ¿me reconoces?. Ya no soy esa persona que cobijaste y acompañaste en sus horas más íntimas. Tú no eres la misma tampoco, te veo más pequeña, incluso hasta noto más frágil. Y es que no sólo fuiste mi habitación, fuiste mi espacio, mi mente, mis recuerdos de adolescente y de hombre.

Hoy cerraré el trato con esos amables extraños y ya no te veré. Tus nuevos inquilinos te traerán más cosas que podrás contar en un universo imaginario, en un universo en donde las habitaciones pueden hablar."

Miguel cerró la puerta, salió de la casa y entró al auto. Miró a través del retrovisor, la casa que no volvería a ver jamás.

miércoles, septiembre 19, 2007

¿Y ahora qué hago con mis cassettes?

Yo pertenecí a la generación walkman, esos adolescentes que esperábamos como regalo perfecto un toca-cintas portátil japonés. Yo fui, como muchos, de esos que alucinaban un videoclip a través del parabrisas del microbus. Yo era uno de esos que, para no malgastar nuestras preciadas baterías, adelantábamos la cinta ensartando y girando el cassete con un bolígrafo.

La tecnología fue avanzando, y así como nuestra generación anterior se tuvo que despedir del vinilo, a mí me tocó hacer lo mismo con las cintas. Poco a poco y con desconfianza, fui reemplazado los soportes analógicos por los digitales. Y es que, hoy por hoy, nadie me quita la comodidad de cargar y oír mi música usando un reproductor mp3 y guardar mi catalogo musical en la pc.

Ayer revisando mi cuarto encontré mis viejas cintas que guardaba desde la época del colegio. Cintas originales que se resisten al olvido y que reflejan, cual cápsula del tiempo, los gustos musicales que he tenido en los últimos veinte años:

An Emotional Fish - Junk Puppets
Artist Various - 17 non Stop hits! Now 4 1997
Debbie Gibson - Electric Youth (**No critics.. era la pop-star de mi época...)
Depeche Mode - 101 vol 1
Depeche Mode - 101 vol 2
Depeche Mode - Songs of faith & Devotion / LIVE
Depeche Mode - Songs of faith & Devotion (version chilena c/ letras y fotos)
Depeche Mode - The singles 81-85
Depeche mode - Violator
Erasure - Chorus
Erasure - Pop the first 20 hits - Vol I
Erasure - Two Ring Circus
INXS - Kick
La Liga del Sueño - Mundo cachina
Mar de copas - III
Morrissey - World of
Peter Shilling - The Different Story
Pet Shop Boys - The Complete Singles Collection
Pet Shop Boys - Very
Queen - Queen I
Queen - Queen live at wembley '86 Vol I
Queen - Queen live at wembley '86 Vol II
Queen - Live Magic
Radiohead - OK Computer
REM - Monster
The Cranberries - No need to argue
The Cranberries - To the faithful departed
The Police - Every Breath you take - The singles
The Smiths - Singles
U2 - Achtung Baby
U2 - Under a blood red sky
U2 - Zooropa
U2 - Pop
Varios artistas peruanos - El ultimo surf

He rescatado sólo las cintas originales, la verdad no sé que hacer con ellas: ¿Ponerlas en una página de remates? ¿Donarlas a algún melómano empedernido? ¿Guardarlas por otros veinte años?. Espero sus comentarios.

miércoles, septiembre 12, 2007

Carta divina

Cada vez que sientas la tentación de creer en mí pregúntate ¿quién ha creado a quién? Sí dios al hombre, o el hombre a dios



Poesía de María Luisa Alba Bustos
sindioses.org

miércoles, agosto 29, 2007

El día que tembló la tierra

-¿Desearía donar 5 centavos a la Fundación de lucha contra el cáncer?- preguntó Lily.
-Está bien- repondío fríamente el cliente del supermercado. Eran las 6:30 en Lima y Lily contabas las horas para que acabe su turno, el día había sido como siempre. A través de las ventanas le había parecido ver hacía pocos minutos, como se ocultaba el sol.

-Es ella- dijo Eric dirigiéndose a su compañero, mientras se alejaban del patio principal de su instituto, en Surco. La chica que le gustaba estaba detenida en la entrada de un aula y conversaba con otra chica.
-mmm... está bonita- dijo su compañero. Por el pasadizo que desembocaba al patio, otros estudiantes entraban y salían con despreocupación. Eric se alejó caminando hacia la escalera al final del pasillo.

-Acompáñame al Señor de Luren, no seas malita- dijo Josefina
-Ay mamá. Hace frío allá afuera- dijo Betty, oyendo que el viento golpeaba las ventanas de su casa, en Ica.
-Vamos a pedir por tu hermana. Para que le vaya bien en Lima- le dijo.
-Está bien- respondió Betty, al mismo tiempo que el recuerdo de su hermana mayor la absorbía. Las dos habían sido muy unidas de pequeñas, pero ahora se veían poco, desde que Magda cumplió 18 años y se fue a trabajar a la capital.

-Rocky!- dijo Telmo, con un pedazo de hueso en la mano, mientras un perro delgado salía de un rincón de la sala y lo seguía moviendo la cola.
-Eres un sabido! espérate que me ensucias todo! - El perro lo siguió con saltos y movimientos circulares hasta la cocina. La tetera anunció que el agua hervía. Telmo apagó la cocina y llenó su taza con humeante café. La casa se veía últimamente más grande. La misma casa que había visto crecer y casarse a sus hijos. La misma casa que él había construido con sus propias manos hacía mas de cincuenta años.

-Soy asmático porque el Señor quiere poner a prueba mi fortaleza- se dijo para sí mismo Carlos, al mismo tiempo que sacaba de su pantalón escolar un cilindro y lo aspiraba. Lentamente sintió que su cuerpo respiraba normalmente. A su corta edad la biblia lo emocionaba, y repetía pasajes que leía junto a los chicos del templo evangélico, en Pisco. -Dios me ha dado una misión- se repetía mentalmente.

-Quiero un duchazo- dijo Marcelo abrazando por detrás a Daniela. Ella se sonrió mientras recibía las llaves y se giró empujándolo a la escalera. Marcelo y Daniela, con ropa deportiva y de porte atlético se adentraron al hotel. Estaban exhaustos, durante todo el día habían caminado por el mirador de lobos marinos, el museo del lugar y visitado una curiosa formación en la playa que la gente de Paracas había bautizado como 'la catedral' .

En Lima dieron las 6:40, fuera del supermercado las bocinas de los autos no dejaron que Lily oyera el rugir en las entrañas de la tierra. Sorprendida vio como las botellas de gaseosa empezaban a temblar. Volteó a hacia su compañera que la miraba con las manos en el estante y se percató que las bebidas se iban sacudíendo con más fuerza.

Eric, se detuvo en la escalera del instituto y dijo: "Ya va a pasar..". Las palabras salieron de su boca sin pensarlas, la mayoría de temblores no duran más de unos segundos, recordó. Y éste, que parecía haberse calmado después de varios segundos, se sentía aún a la distancia como un estremecimiento que se alejaba y regresaba con más fuerza -mierda!...- exclamó en voz baja.

En Ica, la iglesia estaba llena, la gente se había levantado de sus asientos y algunas mujeres empezaron a orar cuando el segundo sismo golpeó fuertemente. Las velas del altar cayeron y algunas mujeres lloraron. Betty creyó oír agua derramándose sobre al piso, volteó y vio que delgadas cascadas de tierra caían desde el techo de la antigua iglesia. Vio a su madre arrodillada al tiempo que oía gritos acompañados un fuerte ruido en aumento. De pronto sintió sintió que un gran peso caía en su espalda y todo quedó en penumbras.

Telmo, en su casa, avanzó hasta el salón mientras el perro ladraba con fuerza. Sintió que los retratos familiares caían al piso. El movimiento le hacía difícil avanzar. Escucho un ruido que lo dejó sordo y una nube de polvo lo cegó. La pared lateral se había caído y Rocky había dejado de ladrar. La puerta que daba a la calle estaba a pocos metros. Telmo intentó llegar, pero en ese momento el techo cedió encima de él, aplastándolo junto a los recuerdos de su vieja casa.

Carlos, estaba a cinco cuadras de la casa de sus padres. El sonido de las casas colapsando lo asustaron tanto como el movimiento de la tierra. Su corazón empezó a acelerar mientras un sudor frío recorría su frente. Recordó un pasaje del evangelio de San Mateo: "pecadores irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna." Miró al cielo y vio unos destellos azulados -es el juicio final- pensó. Corrió sin saber a dónde iba. El aparato medicinal había caído de sus manos y él intentaba respirar con grandes bocanadas de aire. Comenzó a sentir un ahogo, sus piernas temblaron y Carlos cayó al piso, no tuvo tiempo a ver que la fachada de una casa se desplomaba sobre su cuerpo.

Marcelo y Daniela estaban abrazados. El devastador terremoto estaba llegando a su fin. Se habían reunido fuera del hotel, junto a otros turistas. Las alarmas de los autos sonaban desesperadamente. El miedo estaba en sus rostros y en los de algunos lugareños que corrían llorando y pidiendo ayuda. -Hay gente sepultada- gritaban.

En Lima, el supermercado mostraba estantes caídos y botellas rotas en el piso. Lily ayudó a calmar a otras compañeras y a los clientes que habían tropezado al correr. Los guardias de seguridad iniciaron la evacuación general del local por temor a las réplicas. En las afueras, la gente se agolpaba en las veredas y algunos intentaban usar sus teléfonos móviles sin éxito. En el instituto, Eric tranquilizó a una compañera que lloraban en el pasillo y utilizó la luz de su móvil para guiar a los demás hacia el patio que ahora estaba a oscuras. Afuera ya estaban reunidos más estudiantes que habían salido de sus aulas. Mas allá, el teléfono público se rodeaba de chicos queriendo llamar a sus casas.

En Ica, al día siguiente, Betty despertó en un hospital lleno de heridos, su madre no estaba, no había sobrevivido al derrumbe de la iglesia. Esa mañana, los bomberos hallaron el cuerpo de Telmo dentro de lo que había sido su casa. Por la tarde y durante la noche un hombre buscaba desesperadamente, con una fotografía en la mano, a su hijo de nombre Carlos. Horas más tarde , unos vecinos ayudados con palas encontraron a su hijo debajo de los escombros.

Dedicado al 'tío' Telmo y a las más de 500 víctimas del fatídico terremoto 15A en Perú

martes, abril 17, 2007

La apuesta [RELATO]

-Acomódate Miguel, relájate. En la ultima sesión me hablaste de tu relación con Fátima y de cómo se acabó despues de 1 año. Ahora que ya estamos situados en tu pasado, quiero que me hables acerca de tu infancia y de tu familia. Muchos desajustes en individuos adultos tiene un origen en la niñez. Relájate, aquí tienes un vaso de agua. Cuéntame de cuando eras niño.
-Ok, doctora...


Miguelito no era más inteligente que los demás, pero tenía el suficiente sentido común para obtener buenas notas sin memorizar largos libros. Había aprendido a leer antes de ir al colegio gracias a un programa de TV conducido por marionetas. No necesitaba esforzarse demasiado en clase, pues su profesora le tenía un aprecio especial y lo veía como al hijo que nunca había podido tener.

A sus ocho años tenía muchas diplomas que celebraban su aprovechamiento académico, nunca mejor utilizado el término, ya que Miguelito aprovechaba lo mejor que podía de su capacidad: era sociable y popular. Tan popular como sólo un niño a su edad podía ser.

En casa, después de hacer sus deberes, solía jugar con otros chicos que se reunían a las afueras del edificio donde vivía con su madre y sus 3 hermanas. Su hogar no quedaba muy lejos del Mercado Central. El ambiente de barrio contrastaba con el de la escuela por su dureza y por la diversidad de familias que allí habitaban. La mayoría de chicos varones del lugar eran mayores que él. Razón por la cual, le tocaba ser el blanco de las malsanas bromas del resto, a quienes poco importaba la fama de Miguelito en una escuela a la que ellos no asistían.

En dicho mundo de niños-hombres, ya no existía profesora que lo felicitara, ni niñas que lo siguieran por su locuacidad. Aquella era la calle, y ahí ni siquiera Miguel era Miguelito, sino "Pelo Duro". Los chicos mayores frecuentemente se reían de su hirsuto cabello y de su nombre:
-¿Para tu pelo, no deseas que te preste un alicate?- Le decían algunos.
En la calle, hasta lo mas grotesco podía resultar cómico y "Pelo Duro" Miguel solía reírse de verse alternando sus dos mundos tan opuestos.

Un día jugando a las canicas.. desearon hacer apuestas, quien perdía debía pagar con algo de valor o un castigo. Todos aceptaron y jugaron mientras pasaban las horas e iba cayendo la noche. Los gritos de victoriosos resonaban en las paredes a medio pintar, y las groserías de los menos diestros acompañaban las negociaciones con stickers, canicas, golosinas y monedas pequeñas.

"Pelo Duro" Miguel no era los peores jugando canicas, pero luego de varias partidas y a causa de la poca luz, fue perdiendo poco a poco sus stickers de 'Michael Jackson' y sus canicas doradas compradas en Polvos Azules. Al final, cuando sólo los alumbraba un poste de luz, perdió el juego frente a dos de los chicos mas grandes del grupo. "Pelo Duro" Miguel ya no tenía nada de valor que ofrecer y tuvo que someterse al castigo que, según las reglas establecidas, ellos debían pensar.

Los dos chicos: uno corpulento y otro delgado intercambiaron frases en voz baja y lo apartaron del grupo explicándole que debía ir con ellos a la parte trasera del edificio y hacer lo que ellos digan. "Pelo Duro" aceptó sin dudar, el barrio tenía sus propias leyes y la más conocida era que uno debía encarar lo desconocido con valentía para ganarse el respeto de los demás: precisamente algo que "Pelo Duro" Miguel ansiaba obtener mas que sus diplomas y condecoraciones.

"Pelo" acompañó a los dos chicos a la parte de atrás del edifico, un lugar donde la luz de los postes no llegaba con facilidad. Detenidos en la penumbra, el más alto le dijo:

-Ahora te vamos a enseñar algo y tu tienes que mirarlo.
-Si deseas agarrarlo lo puedes hacer, dijo el más corpulento.

Miguel no imaginaba qué era lo que ellos querían enseñarle. No era lógico, tratándose de un castigo, que ellos fueran a enseñarle algo y que le permitieran tocarlo. A no ser, que aquello fuera desagradable.

Los chicos miraron alrededor para asegurarse de que nadie los veía y se pararon delante de Miguel mirándolo fijamente. El más corpulento procedió a bajarse el pantalón corto y los calzoncillos hasta el muslo. El más delgado sólo hizo a un lado la parte inferior de su short para dejar visible su sexo. Miguel observo a los dos púberes con sus miembros medio erectos y no supo que decir, fijó su vista en sus rostros.

-¿No vas a agarrarlo? dijo el más corpulento.
-Ya es suficiente, ya cumplió su castigo- dijo el chico delgado.

Rápidamente los dos se acomodaron sus prendas y regresaron con él al grupo. Los otros chicos se miraban entre sí y murmuraban. "Pelo" atinó a reírse nerviosamente ya sin muchas ganas de continuar. Luego de unos minutos que se hicieron larguísimos, "Pelo" se despidió y regresó a cenar a casa.

-¿Miguelito donde estabas?¿Ya hiciste tus tareas?- Le dijo su madre.
-Si mamá- Respondió aliviado de oír su nombre real.
-Ya no estés saliendo hasta tan tarde, va a parecer que no tienes casa!- Le dijo.
-Lo que tu digas mamá

Miguel cenó y se puso a ver TV junto a sus hermanas... el cuarto era pequeño y en el dormían los cuatro, incluyendo su madre. Luego de un rato se acostó en la cama y fue abandonándose al sueño donde se mezclaban canicas, stickers y; chicos mayores que se transformaban en su profesora, su madre, sus compañeras y un mundo en que a él lo respetaban por quien realmente era.


-Muy bien Miguel, hemos avanzado mucho- Dijo la psicoanalista.